viernes, 18 de noviembre de 2011

[Poema] Amarte

- Amarte -

No haya quizá en mi aún joven cuerpo
cruel herida más grande y sufrida
que amarte secretamente a ti, meine liebe.

Duele verte y no poder cantarle a tu ser
ante innumerables testigos ignorantes
 que no comprenderían, en su inmadura mentalidad,
mi atronador amor por ti, duendecilla.

Atronador, como el río que desquebraja la presa
ansia de libertad ante la opresión,
similar a la maldecida barrera
frustradora de todos los besos que te obsequiaría.

Jamás, hermosa criatura, se me dejarán de atestar
mis afortunados ojos que te ven,
de ardientes lágrimas al pensar en ti,
llenaría océanos con tu recuerdo.

Lágrimas de amor, no saladas, dulces como tú
como tu propia esencia
lágrimas que son el caudal de ríos
de todas las veces que sueño contigo.

Duele escucharte,  cariño mío, armoniosa voz
que me entristece oír seria y me reconforta
cuando entona tu cantarina risa
bálsamo para oídos delicados.

Puede que un día, terrible día, esté decaído
por no poder tener aún, quizá
pero una sola palabra, una, proveniente de tu garganta
es suficiente reconstituyente.

Una conversación, vanal en aparencia
entre nosotros para mí es vida
es poder emocionarme por dentro ante ti
es una feliz muestra de la felicidad futura.

Duele sentirte, apenas un leve roce
y no siempre, por culpa de materiales obstáculos, 
entre esa piel que exploraría centímetro a centímetro
hora tras hora, y la mía, necesitada de ti.

Por este amor, por tener en mi mente
no descanso por la noche
no logro concentrarme más que lo suficiente 
no vivo tranquilo, por no decir que no vivo.

Sí, tu amor, mi amiga,
aquel que convierte antiguos manjares 
en poco menos que en cenizas,
aquel que convierte libros que me apasionarían
en meros montones de hojas impresas,
aquel que películas que antes hubiera disfrutado
ahora se me vuelven insípidas.

Lo sé, midons, lo sé
conozco tus dudas, malditas ellas,
yo también dudo, para mi desdicha, si soy
suficientemente bueno en lo material.

Pero yo, soy y seré tu fiel amante pues
yo...te amo. 


miércoles, 16 de noviembre de 2011

“La República” de Marx (I) La juventud

En la laRepublica.es: http://www.larepublica.es/2011/11/la-republica-de-marx-i-la-juventud/
En Kaosenlared.net: http://www.kaosenlared.net/noticia/republica-de-marx-i-juventud

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“La República” de Marx (I) La juventud

Primer diálogo entre un maestro, llamado "MARX" y sus dos jóvenes discípulos, de nombres ficticios (únicamente como "homenaje" a los reales) "GRAMSCI" y "ROSA LUXEMBURGO".



El maestro Marx y sus jóvenes discípulos Rosa Luxemburgo y Gramsci se encuentran dialogando como de costumbre, esta vez de la juventud.

ROSA LUXEMBURGO- Creo que ha llegado la hora, Marx, de que nos respondas a la cuestión que tanto nos preocupa a nosotros, los jóvenes, y mucho me temo que esté relacionada con la misma juventud.

MARX- ¡Ay de mí! Hablar de la juventud es cuanto menos, complicado. Sin embargo, los temas complicados, por su propia forma, deben ser tratados aún con mayor urgencia que los otros, buscando esclarecerlos. Decidme, oh amigos míos, ¿qué pregunta deseáis que debatamos?

GRAMSCI- Pienso y mi amiga estará de acuerdo en que nuestra principal inquietud sobre este asunto es el nombre del principal enemigo o enfermedad de la juventud.

R.S- Ciertamente.

MARX- Difícil labor me encomendáis. Pero, como todas las veces, no os negaré el debate, instrumento necesario tanto en el presente como en el futuro. Contestadme a esto: ¿Qué cualidad está presente en mayor cantidad en el joven que lo hace diferenciable de la mayor parte de personas, lamentablemente por el paso de la edad, fuera de ese grupo conocido como juventud?

G- Me atrevería a afirmar, la rebeldía.

R.S- Siendo franca, la inconsciencia y me duele decirlo.

MARX- Interesantes respuestas. Los dos habéis estado acertados aunque os rogaría que me permitieseis explicarlas con más detalle.

R.S- Dinos, por favor.

MARX- Efectivamente, la cualidad que yo tenía en mente era la rebeldía. Esa rebeldía que bien encauzada puede ser una inagotable fuente de energía para la juventud, nunca suficiente, que luche por sus derechos. El peligro para aquellos que no consiguen saciarse liberando tan solo unos pocos derechos que tiránicamente arrebata al joven sino que en su sed, recorta por donde puede, secuestrándolos.

G- ¿Y de la inconsciencia?

MARX- No la olvido, ni mucho menos. La inconsciencia suele ser paralela a los distintos nuevos "opios del pueblo", en este caso, de la juventud, y está unión puede poner en riesgo el uso que mencioné de esa rebeldía. Estos opios, y dispensadme por ello, son demasiado numerosos para ser comentados ahora pero os prometo que próximamente lo serán. Dime, querida amiga, un ejemplo que tú consideres de inconsciencia.

R.S- Has resumido bien mis pensamientos. Pero es mi voluntad centrarme en otro aspecto de la inconsciencia que tú, no sé si sin desearlo, has comenzado. Me refiero en concreto, a ser inconsciente de su propia condición y por lo tanto, un inconsciente de la situación. ¿No os molestaría que los ejemplificara?

G- Para nada.

R.S- Conozco a un compañero que al tomar la decisión de secundar una huelga de estudiantes contra los recortes en la educación, dejó claro que no era una huelga que nos incumbiese a los estudiantes y que en realidad los únicos afectados serían los profesores. ¿No os parece que esta persona es un paradigma de la inconsciencia? Un estudiante, joven, que por sus palabras demuestra un completo desconocimiento de la situación en la que nosotros vivimos y de por sí, un escaso espíritu de lucha, de rebeldía ante la injusticia.

MARX- No diré lo contrario.

G- No obstante, obviáis ese paralelismo, que completaría lo antes dicho, entre la inconsciencia y los nuevos "opios del pueblo" del que expresaré mi opinión si no os inoportuna.

R.S- Adelante.

G- Aunque no olvidaré la deuda que nuestro amigo tiene con nosotros de dialogar sobre los nuevos "opios del pueblo", veo necesario que señalemos un efecto producido por los mismos y es el poco interés por todo lo referente a lo político de los jóvenes. Éstos, quieren mostrar su madurez mediante ciertos "opios" pero, paradójicamente, rechazan conversaciones acerca de sus propios derechos o simplemente de esa palabra tabú, la política, no es algo que esté de moda el reivindicar la mejora de sus condiciones. Qué feliz expresión pondrá la clase dominante cuando se niegue en un grupo de jóvenes la charla de estos asuntos. Verá su sueño cumplido.

MARX- No habéis errado, a mi parecer, ninguno de los dos. Así pues, ¿podrías formular el nombre de ese principal enemigo o enfermedad de la juventud?

R.S- Exponlo tú, que has oído nuestras palabras.

MARX- Espero que hoy, a la pregunta de cuál es el principal enemigo o enfermedad de la juventud, aquél a quien hay que combatir duramente para que los jóvenes despierten y se involucren en todo lo que a ellos sin saberlo hoy les incumbe, mediante por ejemplo las huelgas que mencionabais, respondáis seriamente y con firme voz: el apolitismo.