En Kaosenlared.net: http://www.kaosenlared.net/noticia/republica-de-marx-i-juventud
____________________________
“La República” de Marx (I) La juventud
El maestro Marx y sus jóvenes discípulos Rosa Luxemburgo y Gramsci se encuentran dialogando como de costumbre, esta vez de la juventud.
ROSA LUXEMBURGO- Creo que ha llegado la hora, Marx, de que nos respondas a la cuestión que tanto nos preocupa a nosotros, los jóvenes, y mucho me temo que esté relacionada con la misma juventud.
MARX- ¡Ay de mí! Hablar de la juventud es cuanto menos, complicado. Sin embargo, los temas complicados, por su propia forma, deben ser tratados aún con mayor urgencia que los otros, buscando esclarecerlos. Decidme, oh amigos míos, ¿qué pregunta deseáis que debatamos?
GRAMSCI- Pienso y mi amiga estará de acuerdo en que nuestra principal inquietud sobre este asunto es el nombre del principal enemigo o enfermedad de la juventud.
R.S- Ciertamente.
MARX- Difícil labor me encomendáis. Pero, como todas las veces, no os negaré el debate, instrumento necesario tanto en el presente como en el futuro. Contestadme a esto: ¿Qué cualidad está presente en mayor cantidad en el joven que lo hace diferenciable de la mayor parte de personas, lamentablemente por el paso de la edad, fuera de ese grupo conocido como juventud?
G- Me atrevería a afirmar, la rebeldía.
R.S- Siendo franca, la inconsciencia y me duele decirlo.
MARX- Interesantes respuestas. Los dos habéis estado acertados aunque os rogaría que me permitieseis explicarlas con más detalle.
R.S- Dinos, por favor.
MARX- Efectivamente, la cualidad que yo tenía en mente era la rebeldía. Esa rebeldía que bien encauzada puede ser una inagotable fuente de energía para la juventud, nunca suficiente, que luche por sus derechos. El peligro para aquellos que no consiguen saciarse liberando tan solo unos pocos derechos que tiránicamente arrebata al joven sino que en su sed, recorta por donde puede, secuestrándolos.
G- ¿Y de la inconsciencia?
MARX- No la olvido, ni mucho menos. La inconsciencia suele ser paralela a los distintos nuevos "opios del pueblo", en este caso, de la juventud, y está unión puede poner en riesgo el uso que mencioné de esa rebeldía. Estos opios, y dispensadme por ello, son demasiado numerosos para ser comentados ahora pero os prometo que próximamente lo serán. Dime, querida amiga, un ejemplo que tú consideres de inconsciencia.
R.S- Has resumido bien mis pensamientos. Pero es mi voluntad centrarme en otro aspecto de la inconsciencia que tú, no sé si sin desearlo, has comenzado. Me refiero en concreto, a ser inconsciente de su propia condición y por lo tanto, un inconsciente de la situación. ¿No os molestaría que los ejemplificara?
G- Para nada.
R.S- Conozco a un compañero que al tomar la decisión de secundar una huelga de estudiantes contra los recortes en la educación, dejó claro que no era una huelga que nos incumbiese a los estudiantes y que en realidad los únicos afectados serían los profesores. ¿No os parece que esta persona es un paradigma de la inconsciencia? Un estudiante, joven, que por sus palabras demuestra un completo desconocimiento de la situación en la que nosotros vivimos y de por sí, un escaso espíritu de lucha, de rebeldía ante la injusticia.
MARX- No diré lo contrario.
G- No obstante, obviáis ese paralelismo, que completaría lo antes dicho, entre la inconsciencia y los nuevos "opios del pueblo" del que expresaré mi opinión si no os inoportuna.
R.S- Adelante.
G- Aunque no olvidaré la deuda que nuestro amigo tiene con nosotros de dialogar sobre los nuevos "opios del pueblo", veo necesario que señalemos un efecto producido por los mismos y es el poco interés por todo lo referente a lo político de los jóvenes. Éstos, quieren mostrar su madurez mediante ciertos "opios" pero, paradójicamente, rechazan conversaciones acerca de sus propios derechos o simplemente de esa palabra tabú, la política, no es algo que esté de moda el reivindicar la mejora de sus condiciones. Qué feliz expresión pondrá la clase dominante cuando se niegue en un grupo de jóvenes la charla de estos asuntos. Verá su sueño cumplido.
MARX- No habéis errado, a mi parecer, ninguno de los dos. Así pues, ¿podrías formular el nombre de ese principal enemigo o enfermedad de la juventud?
R.S- Exponlo tú, que has oído nuestras palabras.
MARX- Espero que hoy, a la pregunta de cuál es el principal enemigo o enfermedad de la juventud, aquél a quien hay que combatir duramente para que los jóvenes despierten y se involucren en todo lo que a ellos sin saberlo hoy les incumbe, mediante por ejemplo las huelgas que mencionabais, respondáis seriamente y con firme voz: el apolitismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario