Dedicado a una camarada:
- Llegué a ti -
Sea el movimiento de las ramas,
mecidas por un viento que incentiva mi ardor
empujándome hacia el fin del oscuro camino.
Los árboles, hinchas personales,
compañeros y testigos de mis traspiés
en este largo y frío camino,
me animan a concluir el odiado sendero.
Lo verde y fresco domina,
subyugando a lo negro.
Allí, en el final, el deseado final,
un haz blanco y dos brillos cálidos
aceleran mi avance.
Ya he llegado
atrás queda el sendero
una sonrisa grabada en mi pensamiento
a fuego y sangre
se materializa como salida.
Quizá sea la felicidad.
No, quizá, no...
Es.... y eres tú.
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